“Brilla la actuación de Pombero en el rol del beodo que necesita escapar de su absoluto naufragio vital y que lo hace a través del delirio creativo de los objetos, que le permiten expresar parte de lo que ocurre en su interior. Es así como la tragedia rebaja sus tintes más sombríos y los pasa por el filtro siempre liberador de la comedia, esa que gusta jugar desde la ingenuidad inocua.
Vemos así todo el drama ferozmente representado, con sus chiquillerías delirantes plagadas de objetos, fruto del trance alcohólico, lo vemos desmitificado pero a la vez cargado de un dramatismo todavía mayor, pues lo que antes podíamos tachar de juego escénico o de actuación teatral, de pronto baja al nivel de la realidad sin salir del escenario.”

Toni Rumbau. Titeresante. 11 de noviembre 2018

“ …una delicada pieza de títeres…”

V. Allué. Diario del Alto Aragón. 21 de octubre 2016. Huesca

“Si se hablara de teatro doméstico intimista, probablemente nos alejaríamos de la naturaleza de este espectáculo singular que evoca sin palabras y con un elenco de objetos habituales descontextualizados situaciones realmente cercanas al bestiario de lo humano donde el coraje y la fragilidad son casi sinónimos.“

Revista Pantagruel. LIMA-Perú. 4 de agosto de 2014

” Esta es una de esas obras, mezcla de títeres y teatro, que debiera, si el mundo andara en sus trece, colgar el cartel de no hay entradas y agotadas todas las localidades, cada vez que se representara. Una de esas obras que debieran representarse cada temporada y convertirse en un pequeño gran clásico.”

 Comentario de Espacio Cultural Colombre. 24 enero 2014

“Tomás Pombero presenta una auténtica joya del teatro de objetos. Un espectáculo sorprendente, divertido, lleno de ternura y de recursos asombrosos. La soledad contada como nunca antes se había contado. Un náufrago en el océano de la vida, un relato con muchas moralejas posibles. La primera: no hay que beber en Nochevieja.”

” Sin duda, la actuación de esta noche en El Pasaje de Desguace teatro se queda muy arriba del ranking de grandes momentos de Pay After Show. Gracias al artista, al espacio y al público “

Facebook de Pay  After Show. 30 noviembre 2013

“..Con “Náufragos” nos encontramos ante un precioso ejercicio de teatro de objetos magistralmente sustentado en el hacer actoral de Tomás Pombero, y que podríamos también calificar como “Teatro de las Alucinaciones”, dada su voluntad de plasmar en imágenes visibles las invisibles de un proceso alucinatorio. Y, puestos a buscar calificaciones, desde la perspectiva del contenido también cabría catalogarlo en el apartado de los Espectáculos de Fin del Mundo o Terminales, es decir, de los que plantean situaciones de fin de una época o de una vida, o de las dos cosas a la vez”

“…La metáfora de la historia es preciosa, al estar toda ella explicada sobre la pequeña mesa que sirve de escenario…”

”…Cuando termina el proceso alucinatorio con el despertar del personaje borracho, termina también la primera parte del espectáculo para dar paso a una segunda parte puramente actoral en la que Tomás Pombero exhibe sus habilidades, enlazando al personaje “fin de año” con la más pura tradición de la charlatanería española.”

“…Una segunda parte hilarante que el sagaz y provocador parlanchín podría alargar ad infinitum si no fuera cortado por el público quién, tras interrumpir la perorata, estalla con los aplausos. Aplausos que sonaron tronantes en el Taller de Pepe Otal, admirados todos del gran hacer teatral de Tomás Pombero.”

Toni Rumbau Titeresante

“…Tomás Pombero derrocha buen humor, sonidos guturales y dotes de hacerlo todo para relatar una mínima historia que no por breve resulta escasa de diversión.”

Andrés Molinari  Ideal de Granada 30/05/2011  

“…y Náufragos, con un muy rudimentario bagaje técnico y manipulaciones naif. “

Óscar Romero. Diario Sur. Málaga 03/06/2011

“La propuesta, de por sí interesante, resulta de lo más gratificante, tanto como este tipo de perspectivas, que permiten romper tantas y tantas convenciones asentadas. Pero además estamos ante una persona que es todo corazón, y ese ímpetu, esa sensibilidad trasladada a lo artístico, desemboca en un montaje de los que atonta, emboba e hipnotiza.”

Gonzalo Andino. Lateatral Nº 28. 2011

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